Don Gustavo Aguilera Pineda, cuentan que por allá en los años ochenta, cada mitad de año en el tiempo de vacaciones, él tomaba a sus cuatro hijos a su buena esposa y se iba para el campo, de donde era originario y en donde se sentia como en su casa. Era un hombre recio, de convicciones, aunque trabajaba como mensajero en una bicicleta, el impetu que cargaba lo hacia ver como alguien distinto...

 

...cuentan que en unas de esas vacaciones ya encontrandose en un pequeño pueblito de santander, despues de una larga caminata para llegar a su destino la casa de la madrina Fidela, un acompañante ocasional que ese Junio decidio ir para comprobar todas esas maravillas de las que habia escuchado, le pregunto al verlo como se sentaba a observar cada vez que veia un caballo, como si estuviera frente a una deidad. Don Gustavo y porqué no se compra un caballo?

Despues de un momento de silencio y de pensar, él responde, eso de tener caballos es para la gente rica...

 

...despues del tiempo, más de tres decadas, la muerte de Don Gustavo y varias situaciones más, un niño de esos que acompañaba en las vacaciones y que al igual que su padre se sentaba a ver las bestias cual imagen milagrosa e inexplicable...